Hierve las lentejas lavadas junto con el agua (en proporción 1:3), un poco de sal, una cucharadita de comino y una cucharadita de cúrcuma en una olla durante unos 10 minutos a fuego medio.
Mientras las lentejas se cocinan a fuego lento, calienta el aceite de cacahuete en otra olla a fuego medio.
Añade la cebolla finamente picada a la sartén y sofríela hasta que esté transparente.
Añade el ajo rallado (4 dientes) y sofríe todo durante un minuto más, hasta que esté fragante.
Añade el calabacín en dados a la sartén y sofríelo durante 2-3 minutos más.
Añade el jengibre rallado y mezcla bien.
Incorpora el comino restante, el cilantro en polvo y el chile en polvo (o pimentón picante) y sofríe las especias brevemente hasta que estén fragantes. Asegúrate de que no se quemen.
Añade las lentejas cocidas y mezcla todo bien.
Deja que la sopa hierva a fuego lento durante otros 10 minutos, hasta que las lentejas se deshagan y el calabacín esté tierno. Remueve ocasionalmente.
Sazona la sopa con sal y pimienta al gusto. Si es necesario, añade un poco más de agua si prefieres una consistencia más líquida.