Ralla finamente un diente de ajo y el jengibre.

Marina el pollo en un bol con un diente de ajo rallado, 1 cucharadita de salsa de soja, miel, el jengibre rallado, pimentón picante, pimentón dulce y una pizca de curry. Deja en el refrigerador por al menos 2 horas.

Pela la zanahoria y la cebolla roja y córtalas en tiras finas.

Bate el huevo y fríelo en una sartén pequeña hasta obtener una tortilla fina. Deja que se enfríe y luego córtala en tiras finas.

Corta las cebolletas en aros y reserva para la guarnición.

Remoja los fideos de cristal en agua tibia según las instrucciones del paquete hasta que estén blandos.

Calienta un poco de aceite vegetal en una sartén grande o un wok. Dora el pollo marinado a fuego fuerte hasta que esté cocido y ligeramente dorado. Retira el pollo de la sartén y córtalo en tiras más pequeñas si es necesario.

Si es necesario, añade un poco más de aceite vegetal a la misma sartén (¡esto le dará un sabor extra!). Agrega las zanahorias y cebollas rojas cortadas y sofríelas hasta que estén ligeramente blandas, pero aún crujientes.

Escurre los fideos de cristal remojados y añádelos a la sartén con las verduras y el diente de ajo rallado restante.

Agrega el resto de la salsa de soja y el huevo cortado en tiras. Mezcla todo bien para que los sabores se combinen. Sazona el plato con sal y pimienta al gusto.

Sirve la mezcla de fideos de cristal en platos. Coloca las tiras de pollo fritas encima.

Espolvorea el plato con los aros de cebolleta reservados y disfrútalo caliente.