Precalienta tu horno a 180°C (350°F) con el ventilador encendido.

Lava bien las patatas y córtalas en tiras, dejando la piel para nutrientes extra.

En un bol, mezcla las tiras de patata con sal, pimienta negra y ajo en polvo. Rocíalas ligeramente con aceite de aguacate.

Limpia cualquier exceso de grasa de los muslos de pollo.

Corta los tomates y la mozzarella en rodajas.

Extiende las tiras de patata sazonadas en una sola capa sobre una bandeja para hornear.

Hornea las patatas en el horno precalentado durante unos 25 minutos, o hasta que estén doradas y crujientes.

Mientras las patatas se hornean, coloca los muslos de pollo limpios en una bandeja de cristal para hornear. Sazónalos con sal y pimienta negra.

Coloca las rodajas de tomate y mozzarella entre los muslos de pollo. Rocía generosamente con aceite de oliva.

Una vez que las patatas estén casi listas, coloca la bandeja de pollo en el horno (puedes usar una rejilla separada si está disponible) y hornea durante unos 30 minutos a 180°C (350°F), o hasta que el pollo esté completamente cocido pero aún jugoso. La temperatura interna debe alcanzar los 74°C (165°F).

Retira tanto el pollo como las patatas del horno.

Sirve los Muslos de Pollo Caprese inmediatamente con las tiras de patata crujientes.

Decora con rodajas extra de tomate fresco, mozzarella y hojas de albahaca.