Corta el pollo en trozos del tamaño de un bocado y, si lo deseas, sepáralo del hueso.

Corta finamente o prensa el ajo.

Mezcla bien en un bol la carne, el yogur, el zumo de medio limón y la mitad de la sal, el ajo, la pimienta, el curry y la cúrcuma. La otra mitad de la sal, el ajo, la pimienta, el curry y la cúrcuma son para la salsa.

Deja reposar el pollo marinado tapado durante al menos 30 minutos, preferiblemente durante la noche en el refrigerador.

Antes de empezar con la salsa, puedes poner a cocer una olla de arroz. Debería estar listo cómodamente para cuando el pollo a la mantequilla esté preparado.

Pela y ralla el jengibre y prénsalo con el resto del ajo hasta obtener una pasta (por ejemplo, en un mortero o picando ambos finamente).

Calienta aceite de oliva en una sartén grande.

Corta las cebollas en trozos grandes (no tienen que ser súper finas, se triturarán más tarde) y sofríelas en el aceite caliente.

Añade la mitad de la mantequilla y derrítela en la sartén.

Sofríe la pasta de ajo y jengibre, el resto de la sal, el azúcar, todas las especias restantes y los anacardos en la sartén durante unos 3 minutos.

Desglasa con los tomates (tomate triturado, de lata o fresco, como prefieras).

Deja cocer a fuego lento durante unos 5 minutos.

Tritura finamente la salsa.

Sofríe el pollo marinado a fuego fuerte con un poco de aceite de oliva hasta que la carne esté cocida.

Añade la nata a la salsa triturada. Sazona la salsa con sal y pimienta.

Añade la salsa terminada y el resto de la mantequilla a la carne sofrita. Mezcla todo bien.

Deja cocer todo a fuego lento de nuevo durante 5 a 10 minutos.

Como decoración, perejil fresco o cilantro.

Como acompañamiento, por supuesto, un buen arroz basmati.

Disfruta tú y tu familia de esta deliciosa receta de pollo a la mantequilla. ¡Buen provecho!