Pon la leche, el azúcar moreno (si te gusta dulce) y la vaina de vainilla abierta en una olla. Lleva la mezcla a ebullición.
Retira la olla del fuego y cuela la leche para quitar la vaina de vainilla y cualquier nata que se haya formado. Deja que la leche se enfríe a unos 50°C. Puedes usar un termómetro o meter un dedo: si puedes mantenerlo durante unos 5 segundos sin quemarte, la temperatura es correcta.
Añade 3 cucharadas de la leche enfriada al yogur natural en un bol aparte y remueve hasta que no queden grumos. Esto atemperará el yogur.
Vierte con cuidado la mezcla de yogur y leche atemperada en el resto de la leche enfriada y remueve bien.