Primero, cocina el arroz, ya que es lo que más tarda.

Blanquea las espinacas. Cocínalas en agua hirviendo con sal durante unos 20 segundos, luego enfríalas inmediatamente en agua fría o con hielo para que mantengan su color fresco y las verduras queden crujientes.

Pela y pica finamente el ajo.

Corta el filete de pechuga de pollo en tiras. Marínalo con sal, pimienta, ajo, salsa de soja, salsa agridulce de chile, miel y déjalo enfriar durante al menos una hora.

Bate los huevos con una pizca de sal.

Tuesta el sésamo y déjalo enfriar.

Lava el mango, pélalo, córtalo en tiras de aproximadamente 0,5 cm de grosor y sazona con una pizca de sal.

Desemilla el chile, mézclalo con el zumo de limón, una pizca de sal y un chorrito de aceite y reserva.

Calienta aceite en una sartén y fríe el huevo hasta que esté dorado. Luego, córtalo en tiras y resérvalo.

En la misma sartén, calienta aceite y dora las tiras de pechuga de pollo marinada hasta que el líquido se reduzca y la carne esté cocida.

Sirve el arroz, las tiras de mango, el huevo, el pollo y las espinacas frescas uno al lado del otro en un bowl o plato hondo – coordinando los colores, porque la vista también come. Rocía con aceite de sésamo y sésamo tostado, añade el chile encurtido por encima, usa el cilantro como guarnición – ¡y a disfrutar!

¡¡¡Buen provecho!!!