1kg de azúcar (debe ser azúcar refinado común; si quieres azúcar de caña, asegúrate de que sus cristales sean lo más pequeños posible)

2kg de mantequilla (mantequilla de buena calidad que sepa bien, porque así es como sabrá el Butterplätzchen final)

3kg de harina (harina de trigo o espelta finamente molida, solo asegúrate de que tenga propiedades de gluten adecuadas)

4 huevos medianos (estos aseguran que la masa se pueda enrollar)

10-20g de sal (dependiendo de la fuerza de tu sal)

Una buena cantidad de semillas de vainilla fresca (también puedes mezclar la vaina de vainilla entera con el azúcar)

Mezcla todo excepto la harina en un bol. La mantequilla no debe estar demasiado caliente. Vuelve a meter el bol en la nevera regularmente y espera 10-20 minutos para que la mantequilla se enfríe de nuevo. Esto es muy importante para que los Butterplätzchen finales mantengan su forma y la grasa no quede aceitosa y separada. Mezcla hasta que toda la mantequilla esté suavemente homogeneizada con el azúcar y no se identifiquen escamas o trozos de mantequilla.

Añade la harina tamizada y mezcla durante el menor tiempo posible, solo lo suficiente para que toda la harina se homogeneice con la mezcla de mantequilla y azúcar y forme una masa agradable y suave. De nuevo, ¡ten cuidado de que la masa no se caliente demasiado! Este paso debería tomar solo 2-3 minutos para que toda la harina se incorpore.

Deja en la nevera durante al menos 16 horas.

Corta la masa en trozos cómodos. Procesa la masa rápidamente hasta que esté suave y tierna. Al igual que durante la creación de la masa, la masa no debe calentarse demasiado, así que procésala lo justo para que se pueda aplanar. Estira cada trozo de masa de forma agradable, plana y uniforme. Usa cualquier forma para cortar tus Butterplätzchen.

Si quieres añadir mermelada entre dos capas de Butterplätzchen, asegúrate de hervir y reducir la mermelada primero para que no se reduzca más en el horno (¡sí, pones la mermelada y la horneas antes de que los Butterplätzchen entren al horno!).

Hornea durante 8-10 minutos a 180-190°C para que tengan bordes/esquinas bonitos y ligeramente dorados. Cuando saques los Butterplätzchen del horno, es completamente normal que estén un poco "blandos". Se endurecerán a medida que se enfríen.