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Esta Pasta Cremosa con Pollo y Verduras es un verdadero héroe para las noches entre semana, transformando ingredientes simples en una comida reconfortante y nutritiva. Encarna la esencia de la cocina casera: ingeniosa, sabrosa y profundamente satisfactoria. Como experto culinario, aprecio cómo cada componente se cocina a la perfección: el calabacín logra una textura crujiente deliciosa, los champiñones desarrollan un umami profundo y el pollo se mantiene jugoso. La adición de espinacas frescas y un toque de nuez moscada eleva la salsa cremosa, creando un perfil de sabor equilibrado que es a la vez familiar y apetitoso. Es un plato que demuestra que lo saludable y lo delicioso pueden ir de la mano, perfecto para una cena familiar o una noche acogedora en casa.
Ninguno
Fácil
30 min
Picor
Ninguno
Dificultad
Fácil
Tiempo
30 min
Preparación
10 min
Cocinar
20 min
Alérgenos
Pasta
400 gramos
Pechugas de pollo
3
Calabacín
1
Seta
250 gramos
Espinaca
200 gramos
Nata montada
50 mililitros
Aceite de oliva
2 cucharadas
Mantequilla
2 cucharadas
Sal
1 pizca
Pimienta Negra
1 pizca
Nuez moscada
1 pizca
Parmesano rallado
50 gramos
¡Todo listo! ¡A disfrutar!
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Preparación
1
Lava bien el calabacín y los champiñones. No peles el calabacín. Corta tanto el calabacín como los champiñones en trozos del tamaño de un bocado.
2
Corta las pechugas de pollo en trozos del tamaño de un bocado. Sazónalas generosamente con sal y pimienta negra.
Cocer la Pasta
1
Pon a hervir una olla grande con agua. Añade sal y tu pasta preferida, como penne, y cocina según las instrucciones del paquete hasta que esté al dente.
2
Una vez cocida, escurre la pasta y resérvala. Puedes guardar un poco del agua de cocción de la pasta si deseas ajustar la consistencia de la salsa más tarde.
Cocer las Verduras
1
Calienta una sartén grande a fuego medio-alto. Añade un poco de aceite de oliva. Una vez caliente, añade los trozos de calabacín cortados y fríelos hasta que estén tiernos y ligeramente crujientes. Retira de la sartén y reserva.
2
En la misma sartén, añade los champiñones cortados. Cocínalos sin aceite ni mantequilla primero, permitiendo que suelten su agua. Continúa cocinando hasta que el agua se haya evaporado.
3
Una vez que los champiñones hayan soltado su agua y estén ligeramente dorados, añade una pizca de sal y un poco de mantequilla. Continúa friendo unos minutos más hasta que estén dorados y tiernos. Retira de la sartén y reserva.
Cocer el Pollo y la Salsa
1
En la misma sartén, derrite un poco más de mantequilla a fuego medio. Añade los trozos de pollo sazonados y fríelos hasta que estén bien cocidos y dorados por todos lados.
2
Añade las espinacas frescas a la sartén con el pollo. Remueve y cocina hasta que las espinacas se hayan marchitado y ablandado, lo que solo tardará uno o dos minutos.
3
Vierte los 50 ml de nata para cocinar. Remueve bien para combinar todos los ingredientes. Sazona la salsa con una pizca de nuez moscada. Deja que hierva suavemente durante aproximadamente un minuto para que espese ligeramente.
Combinar y Servir
1
Añade la pasta cocida, el calabacín frito y los champiñones cocidos a la sartén con el pollo y la salsa de nata. Mezcla todo suavemente para asegurarte de que todos los ingredientes estén bien combinados y cubiertos con la salsa.
2
Si lo deseas, espolvorea un poco de queso Parmesan rallado por encima para un toque extra de sabor.