Empieza cocinando tus patatas. Ponlas en una olla grande con abundante agua y una pizca generosa de sal. Lleva a ebullición a fuego alto, luego reduce a medio y cocina a fuego lento durante unos 10 minutos, o hasta que estén tiernas al pincharlas con un tenedor.
Una vez cocidas, escurre las patatas y colócalas en una bandeja de horno forrada con papel de horno. Con un vaso, aplasta suavemente cada patata hasta que queden planas pero aún enteras.
Precalienta tu horno a 200°C (392°F). Rocía ligeramente las patatas machacadas con aceite de oliva y espolvorea con un poco más de sal. Hornea durante 20-25 minutos, o hasta que estén bellamente doradas y crujientes.