@elisakocht
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La temporada de calabazas está en pleno apogeo, ¿y qué mejor que una calabaza rellena al horno? Mi favorita personal es la Hokkaido, ya que no solo convence por su sabor, sino que también es súper fácil de procesar gracias a su piel comestible. Normalmente, en otoño la calabaza acaba a menudo en la sopa, pero esta vez fue directamente al horno. La rellené con una cremosa mezcla de puerro, puerro y camembert... ¡simplemente de ensueño!
1
1
300 gramos
2 cucharadas
8 cucharadas
100 gramos
1 puñado
2 rebanadas
Preparar la calabaza
Parte por la mitad 1 calabaza Hokkaido, quita las pepitas y corta una rodaja fina en el lado redondo para que se mantenga estable en la fuente de horno.
Rehogar las verduras
Corta 1 puerro grande en rodajas y divide 300 g de brócoli en floretes.
Calienta 1 cucharada de mantequilla en una sartén y sofríe el puerro y el brócoli.
Preparar el relleno
Corta 100 g de camembert en dados.
Añade el camembert a las verduras en la sartén después de unos 2 minutos y mézclalo todo bien.
Deja que la mezcla siga cociéndose a fuego lento hasta que se forme una masa cremosa.
Rellenar la calabaza
Coloca las mitades de calabaza preparadas en una fuente de horno y rellénalas con la cremosa mezcla de verduras.
Añadir las nueces
Pica 1 puñado de avellanas en trozos grandes y espárcelas por encima del relleno.
Hornear
Precalienta el horno a 180 °C (calor arriba y abajo) y hornea las mitades de calabaza rellenas durante 40 minutos.
Preparar el crujiente de pan integral
Corta 2 rebanadas de pan integral en dados.
Fríe los dados de pan en 1 cucharada de mantequilla en una sartén hasta que estén crujientes.
Servir
Saca las mitades de calabaza del horno.
Cúbrelas con los crujientes dados de pan integral.
Por último, decora el plato con perejil recién picado.